NIBIRU
EXISTE : el planeta x
se
acerca a la tierra.
Nibiru, para los babilonios, era un cuerpo celeste asociado con el dios Marduk. Nibiru significa “lugar que cruza” o “lugar de transición”. En muchos textos babilonios se identifica con el planeta Júpiter, aunque en la tablilla 5 de la Enûma Elish se asocia con la Estrella Polar, que también se conocía como Thuban.
Zecharia Sitchin especuló con la existencia de Nibiru en la serie Crónicas de la Tierra, especialmente en El 12º planeta, basándose en la idea de que las civilizaciones antiguas habrían obtenido sus conocimientos y su desarrollo gracias a hipotéticos contactos con extraterrestres. Sin embargo, esta descripción es considerada inverosímil por científicos e historiadores.
Según la descripción de Sitchin sobre la cosmología sumeria, Nibiru sería el buscado «duodécimo planeta», o el Planeta X (que incluye la descripción de 10 planetas, más el Sol, la Luna y Plutón).
Ahora los teóricos de la conspiración, los recientes archivos secretos filtrados de la NASA ( Astronomy Abstract Service y The location of Planet X) revelan que la agencia espacial estadounidense es consciente de que la influencia gravitatoria del Planeta X habría interrumpido las órbitas de otros planetas en los cientos de sistemas solares de años atrás, y que el acercamiento a la Tierra es inminente. Al parecer el legendario Planeta X estaría enviando olas de “partículas energéticas plasmáticas” cargadas a nuestro sistema solar.
¿señales del acercamiento de Nibiru o comienzo del Apocalipsis?”, el flujo de energía estaría provocando cambios catastróficos en el clima de la Tierra.
Sitchin indicaba que en la antigüedad se habría producido una catastrófica colisión de uno de sus satélites con Tiamat, un hipotético planeta también inventado por Sitchin, y que habría estado entre el planeta Marte y Júpiter; hecho que habría formado el planeta Tierra y el cinturón de asteroides. Además, según Sitchin, Nibiru habría sido el hogar de una poderosa raza alienígena, los Anunnaki. Como consecuencia de la colisión, según afirma Sitchin, el planeta Nibiru habría quedado atrapado en el Sistema Solar, volviendo al lugar de la colisión periódicamente en una órbita excéntrica. Más tarde vinieron a la Tierra.
El autor cita algunas fuentes que hablarían sobre el planeta, que posiblemente sería una estrella (concretamente una enana marrón) que estaría en una órbita sumamente elíptica alrededor del Sol, la cual tuvo su perihelio hace aproximadamente 3600 años y un período orbital de unos 3600 a 3760 años. Sitchin atribuye estos datos a los astrónomos de la civilización maya.
En un libro publicado, titulado 2012: cita con Marduk, el escritor e investigador turco Burak Eldem presenta una nueva hipótesis, sugiriendo que son 3661 años los que duraría el período orbital del supuesto planeta y reclamando que habrá “una fecha de vuelta” para el año 2012. Según la teoría de Eldem, 3661 es un séptimo de 25 627, que es el ciclo total “de 5 años mundiales” según el calendario maya extendido. El último paso orbital de Marduk, añade, sucedió en el 1649 a. C. y causó grandes catástrofes sobre la Tierra, incluyendo la erupción de la isla Thera (en el mar Mediterráneo).
Según los seguidores de Sitchin, sus ideas estarían avaladas por su dominio en lenguas muertas como el sumerio, y asistidas por la traducción de piezas consideradas tesoros; aunque esto realmente no es científicamente un fundamento astronómico. Marshall Masters, en uno de sus libros, apoya la hipótesis de la existencia del planeta Nibiru en nuestro sistema solar.
El informe presentado a la Casa Blanca estima que alrededor de dos tercios de la humanidad serán eliminados cuando el Planeta X induzca a la Tierra al cambio de polos. Dos tercios de los supervivientes perecerán durante los siguientes seis meses debido a la exposición de diversos elementos.
Pero parece ser que el Planeta X mencionado en los archivos de la NASA no está vinculado con la teoría expuesta por Zecharia Sitchin, quien aseguraba que Nibiru era el planeta de los Anunnaki y que cada 3.600 años se aproxima a la Tierra.
La comunidad científica niega tajantemente la existencia de un planeta así, y ha realizado múltiples declaraciones en este sentido. Para los astrónomos, «las persistentes declaraciones acerca de un planeta cercano pero invisible son simplemente absurdas».
Desde los foros científicos se alerta sobre una estrategia habitual para confundir y alimentar el mito de la existencia de este planeta, consistente en relacionar el planeta ficticio Nibiru con cualquier comentario acerca del Planeta X o con el planeta enano Eris.
En 1930, Clyde Tombaugh encontró el planeta Plutón, después de una sistemática búsqueda iniciada por el Observatorio Lowell como resultado de las predicciones de Lowell acerca de la existencia de un miembro adicional en nuestro sistema solar (debidas a la órbita irregular de Neptuno). Sin embargo, se comprobó que la masa de Plutón era diminuta, y una vez analizada la órbita de Caronte (la luna de Plutón) se encontró que la masa del sistema era demasiado pequeña para afectar a la órbita de Neptuno. La búsqueda del Planeta X continuó.
En 1983 se produjo el lanzamiento del satélite-telescopio infrarrojo IRAS. Basadas en las observaciones de este satélite, se publicaron unas declaraciones, y posteriormente en 1984 también un artículo científico en la revista Astrophysical Journal Letters, titulado “Unidentified point sources in the IRAS minisurvey” (‘fuentes puntuales no identificadas en el miniestudio de IRAS’), en las que se discutían varias fuentes infrarrojas detectadas de origen desconocido. Este artículo provocó gran revuelo, y el resurgimiento de todo tipo de bulos y teorías conspirativas. No obstante, más tarde se descubriría que estos «objetos misteriosos» resultaron ser galaxias lejanas.
En 2008, un equipo japonés anunció que según sus cálculos, debía existir un planeta no descubierto a una distancia de unas 100 UA. (la unidad astronómica es la distancia media entre la Tierra y el Sol: unos 150 millones de kilómetros) con un tamaño de hasta dos tercios del de la Tierra. Estos cálculos refuerzan la hipótesis de la existencia de un planeta X, pero nada hace pensar que su órbita pueda ser distinta a la del resto de objetos del cinturón de Kuiper.
Según los teóricos de la conspiración, la NASA preparó la misión New Horizons dos años después del estudio que revelaba la existencia del Planeta X en 1988. La verdadera misión de la New Horizons era llegar al Planeta X, pero para evitar el pánico colectivo, la NASA dijo públicamente que el destino de la sonda espacial era Plutón y el cinturón de Kuiper.
En la década de 1990, la agencia espacial estadounidense fingió abandonar la búsqueda del Planeta X, filtrando falsa información sobre las últimas mediciones realizadas por la sonda espacial Voyager 2, que parecían demostrar que el Planeta X no existía y que las supuestas irregularidades en las órbitas de Urano y Neptuno, que dieron lugar a la hipótesis del Planeta X, se debieron a la sobreestimación de la masa de Neptuno. Pero según los conspiranoicos, la declaración de los científicos de la NASA era una artimaña deliberada para encubrir el destino real de la misión espacial no tripulada New Horizons.
Y a todas estas evidencias conspirativas le tenemos que sumar como en 2012 varios medios de comunicación como CNN, NBC, BBC o Al Jazeera informaron sobre la existencia de Nibiru, aunque rápidamente las noticas fueron eliminadas.
Pero sea cual sea la verdad que se oculta tras el Planeta X, la única realidad es que nuestro frágil planeta se encuentra sometido a graves desastres naturales, y las olas de calor que afectan muchos países pueden ser la prueba definitiva de que Nibiru es real y que el "PLANETA MITOLÓGICO SE ESTA ACERCANDO".