Salomón, el rey más sabio
de la tierra
Desde pequeño, Salomón mostró indicios de inteligencia sobrehumana. Consciente de ello, su padre, el Rey David, le enseñó el lenguaje de los pájaros o también llamado el idioma natural, que le dotó de una extraordinaria comprensión de las leyes del universo, favoreciendo su innata sabiduría y concepto de justicia.
Su curiosidad fue tal, que empezó a indagar en los misterios de lo sobrenatural, con un especial interés en la magia de la alquimia: la transmutación de los metales, el elixir de la vida eterna… Fueron temas que interesaron profundamente al que fuera el tercer y último rey de Israel. Escribió cientos de libros al respecto, destacando el desaparecido “manuscrito secreto de Salomón” que contiene hechizos, invocaciones, fórmulas, talismanes, etc.; que aún hoy es el texto más buscado por todos los estudiosos de las artes esotéricas.
Durante su reinado, Salomón construyó en torno así un mito inquebrantable al paso de los años, alentado, en gran medida, por la creencia de que Dios le regaló el sello anular que refleja el orden cósmico y concede el Hagia Sophia. De esta forma, realizó acciones extraordinarias que perpetuaron su nombre como, por ejemplo, la famosa decisión salomónica (o juicio salomónico) donde dos madres reclamaban un mismo niño: el monarca ordenó que el motivo de disputa fuera partido por la mitad, a lo que la progenitora reaccionó renunciando a él; el rey determinó que ésta era su verdadera madre, devolviéndole su hijo y castigando a la estafadora.
El Templo de Salomón.
Pero sería la construcción del templo de Salomón lo que incitó a muchos sabios a indagar y profundizar en el mito del rey. Construida por fenicios en un lugar que se creía el centro de la Tierra, medía 30 metros, tenía un altar para los sacrificios y un suntuoso salón para el Arca de la Alianza. Todos los que oraban en el templo decían sentirse en contacto con Dios.
Su inauguración fue en el 968 A.c., y fue demolido por el rey Nabuconodosor en el 586 A.c., provocando la desaparición del Arca de la Alianza. La estructura del templo ha inspirado construcciones posteriores, sobre todo, las francesas del siglo XIII, las catedrales góticas y el Escorial en Madrid. ¿Por qué este especial interés? Los planos del templo fueron entregados por un profeta, de la mano de Dios, al rey David. Isaac Newton pasó noches en vela investigando sobre la que él consideró una estructura arquitectónica perfecta.
Actualmente, se conoce su ubicación y sobre ella reposa la mezquita de Omar, la Kubart- as- Sachra, dificultando las investigaciones para desvelar sus misterios. No obstante, todos los que la han visitado cuentan que se percibe una tranquilidad divina, como si el mismísimo rey Salomón velara por la ciudad a la que tanto amó y por la que entregó su vida.
Articulo de: sobre leyendas.com.
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