5. LA ASTRONOMÍA EN
LA EUROPA ANTIGUA.
Los astrónomos de las culturas megalíticas tuvieron unos conocimientos realmente sorprendentes de los movimientos de los astros y de la geometría práctica. Lo demuestran los grupos de grandes piedras erectas (megalitos, algunos de más de veinticinco toneladas de peso), dispuestas de acuerdo con esquemas geométricos regulares, hallados en muchas partes del mundo.
El impresionante Stonehenge en Inglaterra. |
Varios de estos observatorios se han preservado hasta la actualidad siendo los más famosos los de Stonehenge en Inglaterra y Carnac en Francia.
Alineamiento megalítico de Carnac en Francia. |
Stonehenge fue erigido a 51º de latitud norte y se tuvo en cuenta el hecho de que el ángulo existente entre el punto de salida del Sol en el solsticio de verano y el punto más meridional de salida de la Luna es un ángulo recto.
Rituales paganos Celtas. |
El círculo de piedras, que se dividía en 56 segmentos, podía utilizarse para determinar la posición de la Luna en el transcurso del año. Y también para averiguar las fechas de los solsticios de verano e invierno y para predecir los eclipses solares.
Los círculos de piedras le dieron al hombre del megalítico en Europa un calendario bastante seguro, requisito esencial para su asentamiento en comunidades organizadas agrícolas tras el último periodo glacial, unos diez mil años antes de Cristo.
Pero, aunque el europeo primitivo aprendió a servirse del firmamento para regular su vida, siguió adorando los astros, considerados como residencia o incluso como manifestación de poderosos dioses que lo controlaban todo.