jueves, 26 de enero de 2017

LA ENIGMÁTICA ATLÁNTIDA DE PLATÓN.

National Geographic sitúa la Atlántida bajo las marismas de Doñana


Puede que Platón en sus Diálogos no hiciera más que relatar una verdad histórica y no una leyenda de la antigüedad al mencionar la existencia junto a los Pilares de Hércules de una fabulosa ciudad -la Atlántida- que en cuestión de “un día y una noche… desapareció entre las profundidades del mar”. Un grupo internacional de investigadores, con el respaldo de la National Geographic Society de Estados Unidos, dice haber encontrado indicios del mito que viene fascinando desde hace 11.000 años justo bajo las marismas del Parque Nacional de Doñana. 



                Recreación 3d de la ciudad de Atlantis.

El equipo de geólogos y arqueólogos dirigido por el profesor americano Richard Freund ha invertido dos años de trabajos con la ayuda de fotografías de satélite, radares capaces de penetrar la tierra, cartografía digital y tecnología submarina. Y de acuerdo a sus conclusiones, narradas para la televisión en un documental especial emitido esta semana, la Atlántida con su peculiar diseño circular estuvo situada ni más ni menos que al noroeste de Cádiz.

El profesor Freund también ha confirmado que el final de esa ideal ciudad vino en forma de un cataclismo de la naturaleza: un terremoto y un brutal tsunami como el sufrido la semana pasada por Japón. De acuerdo a las explicaciones ofrecidas por el académico de la Universidad de Hartford, en Connecticut, “resulta bastante difícil entender que un tsunami puede arrasar hasta más de 90 kilómetros tierra adentro pero de eso, más o menos, es de lo que estamos hablando”.



Pasadizos bajo el subsuelo

Como respaldo a estas hipótesis, los investigadores señalan la existencia de restos de otras “ciudades monumento” construidas siguiendo el peculiar trazado circular de la Atlántida. Obras situadas en otras partes de España y atribuidas a supervivientes de la destrucción de la mítica ciudad descrita en las cercanías del estrecho de Gibraltar. De acuerdo las explicaciones del profesor Freund, el lugar identificado en Doñana, que resulta accesible solamente durante un mes de verano, “es el mejor candidato posible nunca descubierto con la mayor cantidad de evidencias” en comparación a otras alternativas en otras partes del mundo. 


Vista aérea del diseño circular que tendría la ciudad de Atlantis según Platón.
El equipo patrocinado por la National Geographic ha anunciado su intención de volver para realizar excavaciones tanto en la zona del Parque de Doñana como en las misteriosas réplicas detectadas más hacia el centro de España. Entre las evidencias presentadas figuran estatuillas que se remontan a la edad de bronce y una serie de mediciones que indican la existencia en el subsuelo, bajo varios metros de agua y barro en la desembocadura del Guadalquivir, de estructuras que podrían ser canales y zonas de uso comunal.







Investigador español afirma haber encontrado la Atlántida



El investigador español Manuel Cuevas sostiene que ha hallado la Atlántida, la mítica isla descrita en los textos del filósofo griego Platón, en las inmediaciones del espacio natural protegido de Doñana, situado en Andalucía, a raíz de las evidencias existentes en unas imágenes tomadas vía satélite. 
El investigador Manuel Cuevas, oriundo de la ciudad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, ha comunicado a la Junta de Andalucía lo que considera el hallazgo de una gran ciudad antigua que se encontraría sepultada en la zona del pinar de La Algaida, junto a la desembocadura del Guadalquivir y en las inmediaciones de Doñana. «Creo en un 99% que he encontrado la Atlántida», ha declarado Cuevas, informa La Voz Digital. El descubrimiento ha sido realizado a partir de fotografías tomadas por satélite a 700 kilómetros de altitud, posteriormente aumentadas y tratadas. Según el investigador, las imágenes evidencian «la existencia de diversas estructuras realizadas por el hombre y que formarían parte de una gran ciudad antigua».

Concretamente, Cuevas ha aportado a la Junta las coordenadas de lo que ha interpretado como cuatro grandes edificios (uno de ellos llegaría a medir 360 por 180 metros) y una gran ciudad que tendría una extensión de 8 kilómetros cuadrados, todo ello de no menos de 2.500 años de antigüedad.

El investigador, «empresario y autodidacta de 52 años», según Cádiz Directo, afirma que la conservación de la mítica ciudad tartésica perdida se debería a haber sido sepultada repentinamente tras haber sufrido una gran inundación de agua y sedimentos. «Curiosamente en ese mismo punto es donde el arqueólogo alemán Adolf Schulten situó la perdida ciudad de Tartessos, distante seis kilómetros de La Algaida, la otra orilla del río Guadalquivir», señala el medio. Cuevas ha pedido a la Consejería de Cultura efectuar un estudio de tomografía eléctrica con el fin de determinar a qué profundidad se hallan los muros que están más próximos a la superficie y poder realizar posteriormente una excavación. Ahora, se encuentra trabajando en un proyecto de investigación más amplio que debe ser avalado por una universidad andaluza. Ramón Corzo, catedrático de Arqueología de la Universidad de Sevilla, opina que la información proporcionada por Cuevas tendría que comprobarse.


martes, 17 de enero de 2017

CURIOSIDADES SOBRE LOS DINOSAURIOS



Gracias a la cultura popular, el Tyrannosaurus rex vive en nuestras mentes como un solitario temible que rugía sin sentido y se comía todo lo que se movía. La realidad es bastante distinta a estas creencias, por ello estos datos sobre el T-Rex te van a fascinar.

              

1.- Tenían labios
Un nuevo estudio sugiere que el feroz dinosaurio pudo haber tenido labios que cubrieran completamente sus dientes. Tristemente, esto podría un día quitar la imagen popular que todos tenemos de este dinosaurio.
Los colmillos temibles del depredador del cretácico tenían una capa fina del esmalte. Para evitar la descomposición, especialmente cuando son más frágiles, el esmalte debe permanecer húmedo, por ello la idea de los labios. Los lagartos más grandes de hoy en día, apoyan esta teoría. Las especies que habitan en la tierra, como el dragón de Komodo, tienen sus dientes cubiertos.
Sus hermanos que carecen de labios, como los cocodrilos, viven en el agua, por lo que no necesitan la humedad extra. Puesto que T-Rex asustaba a todos en tierra, y no en el agua, es plausible que también necesitaran los labios para guardar sus dientes.

2.- Terrores adolescentes
Desde temprana edad, los T-Rex más jóvenes se encerraban en batallas crueles entre sí. Un adolescente fósil llamado "Jane", aunque su género es desconocido, fue mordido hasta el hueso por otro adolescente.
Su hocico y la mandíbula superior sufrió un ataque serio, por lo que se rompió su nariz. Seguramente se lo hizo alguien de edad similar, ya que sus propios dientes se ajustaban a la forma y el tamaño de las cicatrices. Cuando Jane tenía cerca de 12 años, murió. Para entonces, su hocico ya había sanado, aunque estaba algo aplastado. Esto significa que la lucha ocurrió cuando ella era años más joven.
A los 12 años, Jane era ya una herramienta del terror. Minúscula en comparación con un adulto T-Rex, ya que solamente medía 7 metros de largo y casi 2,5 metros de cadera. Aunque llegó a pesar 680 kilogramos.



3.- Especialistas en decapitación
Los investigadores estaban intrigados por los detalles del cuello de Triceratops que revelaron un comportamiento desconocido del T-Rex. Y es que, las marcas de colmillo coincidían con el depredador mordiendo e incluso tirando de sus cuernos.
Cada presa fósil examinada indicaba que ya había muerto cuando el T-Rex parecía desarrollar una fascinación con sus apéndices óseos. Preguntándose por qué iban a mordisquear algo que no tenía carne, los científicos encontraron algo horrible.
Y es que, el adulto T-Rex tenía el hábito de decapitar a los Triceratops. El mordisco era más violento para que el T-Rex pudiera sacar la cabeza de su presa.
El músculo del cuello del Triceratops parecía ser lo que buscaban, y el volante óseo se encontraba en el camino. También había marcas de corte en las articulaciones del cuello de varios triceratops, algo sólo posible si la cabeza del herbívoro había sido arrancada.




4.- Ellos no rugían
Para descubrir el verdadero ruido que hacía un T-Rex, un estudio miró lo más cercano a los dinosaurios hoy en día. Los investigadores concluyeron que los dinosaurios más grandes, como el Tyrannosaurus, no realizaban fuelles teatrales que sacudieran la Tierra.
No tenían cuerdas vocales, pero sí sacos de aire. Sin cuerdas vocales, los T-Rex no podían rugir.
Al sentir la necesidad de comunicarse, el T-Rex habría inflado los sacos para producir ruidos sin abrir sus mandíbulas, al igual que algunas de las especies de aves más grandes. Los sonidos reales de los dinosaurios más conocidos habrían sido decepcionantes en comparación con la idea que tenemos de ellos.



LOS CELTAS.

Introdu cción. Los celtas era un grupo de tribus feroces y guerreras que vivieron en la Europa Central y Occidental entre los siglos VIII y ...